martes, mayo 18

Historia de un perro


Mi rutina es diaria: Como, duermo, vagabundeo por las grandes calles de Capital, la gente pasa al lado mío, algunos me miran con mucha ternura, otros me miran con asco, algunos nisiquiera se percatan de que estoy a su lado, otros solo... miran.
He notado que la gente ahí es muy escandalosa, a primera hora de la mañana empiezan a moverse de un lado para otro, se chocan, se dicen cosas feas, y nisiquiera les importa. Es como si estuviecen en su propia burbuja, como si el mundo se acabara ese mismo día para ellos si tan solo llegaran unos minutos tardes, a donde sea que estuviecen llendo. Cada tanto alguno que otro saca a pasear sus mascotas, las cuales al igual que sus amos, son tan indiferentes que cuando me acerco a jugar con ellos, lo único que recibo son malos tratos de ellos y sus dueños... es triste, pero ya estoy acostumbrado.
Además de los apurados e indiferentes que recorren esas calles todos los días, están también los pequeños en egocentrismo y grandes de alma. Los que son como yo, hasta aveces huelen igual que yo... con ellos me entiendo, aunque en realidad no nos entendamos en idioma, sentimos lo mismo, pensamos igual, lo sé, lo puedo percibir. Somos los discriminados por todas esas personas con grandes fortunas, somos los aislados y los desolados, los que aveces tenemos que gritar (en mi caso, aullar) por un pedazo de pan.
Es triste, pero es nuestra realidad... Mi tiempo de vida es corto, a comparación de el del humano, he sufrido mucho, si no fuese por mi compañía valla a saber si no hubiese muerto de tristeza... La gente no entiende, pero nosotros también tenemos sentimientos, sufrimos & disfrutamos tanto como ellos o quisás más , a mí me tocó vivir esto, que con mucho orgullo lo afronté, y no estoy arrepentido de nada. Me hubiese gustado tener una familia, un hermanito, una mamá con la cual podría haber compartido muchas cosas, pero no todos tenemos la misma suerte, tampoco mi vida es un cautiverio.
Siempre sueño con ese día, en que venga una familia y me lleve, y me saquen una sonrisa todos los días, no importa si tienen defectos, si son ignorantes o analfabetas, mientras tengan amor para compartir yo seré felíz. Mientras tanto seguiré aullando como siempre, con mis compañeros de calle, viendo el andar de la gente, esperando que algún día mi sueño... se haga realidad.